En la Argentina y en otros países de Latinoamérica se conmemora este 20 de julio el día del amigo gracias a una iniciativa de un célebre ciudadano.
La historia de este día comienza con Enrique Ernesto Febbraro, un odontólogo oriundo de Lomas de Zamora que tuvo la idea de crear una jornada para conmemorar la amistad. Había estudiado filosofía e historia, por lo que se encontraba interesado en temáticas relacionadas con la humanidad.
Fue la llegada del hombre a la Luna, el 20 de julio de 1969, el acontecimiento que impulsó este deseo. Febbraro se sintió inspirado por la noticia, que fue considerada como una de las hazañas más importantes del siglo, la cual mostraba la cooperación y compañerismo de las personas. El Apollo 11 fue una expedición comandada por la NASA que contó con la participación a bordo de Neil Armstrong, quien fue la primera persona en pisar la superficie de este satélite, en conjunto con Michael Collins y Buzz Aldrin.
De esta manera, Febbraro envió decenas de cartas para declarar el 20 de julio como el Día del Amigo y citó que esta travesía lunar era “un gesto de amistad de la humanidad hacia el universo” y que “un pueblo de amigos es una nación imbatible”. Utilizó sus contactos del Rotary Club, establecimiento del que era miembro, para emitir más de 1000 ejemplares. La propuesta fue aprobada diez años más tarde por el Gobierno de la provincia de Buenos Aires y en 1983 se nombró al partido de Lomas de Zamora como la “capital provincial de la amistad”.
Gracias a esta iniciativa, Febbraro recibió decenas de reconocimientos en todo el mundo, siendo sus nominaciones al Premio Nobel de la Paz en dos ocasiones, unas de las más destacadas. La Ciudad de Buenos Aires lo nombró como Ciudadano Ilustre en 1989 y en 1993, en Miami, Estados Unidos. El Rotary Club le otorgó la distinción Paul Harris del Rotary International, mientras que la Cámara de Diputados de la Nación lo declaró “Mayor Notable Argentino” en 2003. En 2008 dio su última entrevista en la que declaró que “un amigo es una persona real, que ronca, que tiene mal carácter y que uno lo aguanta porque lo conoce. El amigo es otro cuero”.