El número de casos de muerte cardíaca súbita en el deporte es baja, pero se pueden evitar con estudios preventivos y la instalación de lugares cardio protegidos en los espacios donde se realizan actividad física.
La muerte súbita cardíaca durante el ejercicio es rara y puede deberse a una miocardiopatía hipertrófica, pero muchos pacientes tienen un corazón estructuralmente normal en la autopsia (atletas más jóvenes) o enfermedad coronaria (atletas mayores).
Es importante realizar pruebas de cribado a los participantes más jóvenes (niños hasta adultos jóvenes) con los antecedentes y el examen físico; en aquellos con resultados anormales o antecedentes familiares positivos en general se realizan ECG y/o ecocardiografía.
En los últimos meses, se registraron eventos mortales en deportistas sanos. El caso más resonante fue la muerte del futbolista uruguayo Juan Izquierdo, de 27 años, que se desplomó en un partido de la Copa Libertadores y falleció como consecuencia del daño neurológico que sufrió tras superar un paro cardíaco.
En diálogo con Aire de Santa Fe, el doctor Pablo Chito cardiólogo especialista en medicina del deporte, expresó que “la mortalidad en contexto de la actividad física tiene una incidencia relativamente baja, lo que tiene es la espectacularidad de la misma, porque generalmente ocurre en lugares concurridos y eso termina impactando al espectador“. Puso como ejemplo del caso de Izquierdo y agregó: “No solo los que estaban presentes en el estadio, sino toda la gente que lo vio en televisión le impactó”.
“Una muerte súbita uno la puede abortar rápidamente con personal capacitado y con toda la disponibilidad del sistema de emergencias para una acción rápida“, advirtió el médico. La muerte súbita es un proceso rítmico, que puede evitarse a través de la desfibrilación precoz y de la capacitación de las personas en Reanimación Cardio Pulmonar (RCP). “Lo importante es tener un desfibrilador automático en la instalación donde se está participando para rápidamente utilizarlo y que todo el personal que está incluido en la actividad“. Contar con un sistema de emergencia activo rápido que haga puente entre el RCP básico y el avanzado es clave para poder salvar vidas.
Aspectos a tener en cuenta que pueden ser una señal de alerta
Hay una gama de síntomas que pueden darse en el contexto de un infarto. “Lo mejor es tener la sensación de dolor, porque esto te alerta y hace llegar a la consulta”, adelantó el especialista.
Evaluar el contexto es primordial, en ese sentido es importante saber si la persona fuma, hace actividad física, está excedido de peso o posee otro factor de riesgo. En este tipo de cuadros, si la persona tiene una sensación de dolor que es rara, que nunca sintió y se localiza en la zona alta abdominal, hasta la base del cuello o la mandíbula, hay que concertar una consulta en la guardia para descartar lo cardiológico.
“Lo mejor que te puede pasar es que te duela el pecho, porque esto avisa que está llegando poca sangre al corazón. Eso puede tratarse de una obstrucción”, aclaró Chito.
En caso de que el dolor se presente en el marco de una actividad física o un esfuerzo se potencia la sensación, es indispensable frenar y consultar al médico. “Todas las condiciones cardiológicas, si estamos en actividad, el organismo demanda más energía. Por lo tanto, el corazón que es una bomba va a funcionar más veces por minuto y más estrés va a tener, entonces si en ese contexto se aumenta la sensación nos debería llamar la atención y consultar rápidamente“, reiteró.
El género también influye, ya que en el caso de las mujeres pueden llegar a tener presentaciones atípicas como lo es la “sensación del libro”, que es una presión en el medio del pecho que puede subir hacia la mandíbula o ir hacia el brazo izquierdo, es como el dolor de texto. “Las mujeres lo pueden sentir diferente, por ahí las personas mayores están menos sensibilizadas al dolor y no sentirlo. Los diabéticos pierden sensibilidad por la propia enfermedad y algunos han presentado infartos sin sensación dolorosa, entonces todo lo que sea nuevo en síntomas difiere en cada persona“, aclaró el médico cardiólogo.
Otros factores que influyen en la salud coronaria son los psicológicos que pueden actuar como “gatillantes” de un evento. En caso de que la persona se enfrente a situaciones de estrés, esto lo afectará tanto mentalmente como a nivel físico, ya que puede presentar frecuencia cardíaca o presión alta. “Si a eso se suma que la persona es fumadora puede ser un desencadenante“, enumeró el médico.