La historia del seleccionado de fútbol adaptado para ciegos puede aplicarse a las organizaciones y sus líderes. Dos miembros del equipo contaron sus experiencias.
Los Murciélagos, el mundialmente premiado seleccionado de Fútbol de Argentina, que puede ser un ejemplo clave acerca de cómo abordar el liderazgo en momentos cuando todo parece patas para arriba.
Cinco lecciones para liderar “a ciegas”.
Es fácil darse cuenta cómo estas nociones no son excluyentes. El motor que mueve un equipo de fútbol es bastante parecido al que mueve a una organización empresarial.
1. Hacer de la empatía una práctica tangible.
La empatía se ha posicionado como uno de los requisitos cruciales para construir mejores relaciones interpersonales en los equipos y con todos los públicos internos y externos. Pero ¿qué incluye exactamente la empatía en el ambiente laboral actual?
Algunas reglas del seleccionado de fútbol pueden orientarnos. Ser honestos y transparentes, ser justos, animar a las personas a expresar sus puntos de vista, ser fiables para gestionar conversaciones incómodas y, por último, preocuparse por el bienestar del equipo, son algunos de los principales rasgos de un líder empático.
La empatía en el equipo de fútbol está vinculada a una serie de buenos resultados, de la misma manera en que se puede relacionar con una empresa a través de la mejora de su eficacia, el aumento de la creatividad, la innovación, la productividad, la colaboración e incluso una mejor salud mental y bienestar.
2. La importancia de escuchar
Ponerse en el lugar del otro, entender las dificultades y el proceso individual que atraviesa cada ser humano, y el ser abiertos en todos los niveles, con comunicación fluida de ida y vuelta, ha sido otra de las claves para que Los Murciélagos consigan sus triunfos.
La mayoría de la gente sabe que escuchar es una habilidad importante para mejorar las conexiones humanas; sin embargo, es frecuente que no se practique. Gran parte de las dificultades empresariales provienen de una mala comunicación, que tiene más que ver con la calidad de la escucha que con la calidad del habla.
Se confunde informar con comunicar, y son aspectos completamente diferentes, tan diferentes como oír y escuchar. En el oír, prima lo que oímos y decimos y, en consecuencia, lo que la otra persona oye y, meramente, dice.
En el caso de Los Murciélagos, la escucha es fundamental. La pelota con la que juegan es adaptada, (tal como hace cada empresa moldea sus procedimientos y modelos de acuerdo con las circunstancias) tiene cascabeles que tintinean mientras se mueve, y es lo que orienta a los jugadores para moverse detrás de ella.
3. El valor de la estrategia
A la hora de tomar decisiones estratégicas, los líderes necesitan mirar siempre hacia adelante y tener en cuenta tanto elementos internos de la organización, como las hojas de ruta del negocio y las necesidades de las personas.
A modo de un buen director técnico, es bueno marcar límites, tener la mente abierta y no dudar en utilizar las distintas herramientas existentes para mejorar permanentemente.
es fundamental tener clara la estrategia a seguir, las posibles amenazas, el momento óptimo para aplicarla y no temer el liderar con nuevos estilos.
4. La comunicación como base
La persona líder ideal es capaz de comunicar el propósito, la visión, los valores, las funciones y los objetivos del equipo y de la empresa de una forma tan clara y precisa que no genere ningún tipo de dudas.
Por eso es necesario encontrar los puntos de contacto entre el propósito corporativo más elevado (que no se basa exclusivamente en el resultado comercial) y detectar los factores que sean esenciales para cada miembro del equipo. Desde allí se puede construir un puente que solidifica la captación, fidelización y proyección de futuro del talento, basados en el propósito apuntando al bien mayor.
5. Confianza en el equipo
“Nada de esto es posible de lograr sin creer en el equipo. Es fundamental para infundir el impulso necesario que resultará en un rendimiento óptimo”, señala Nardone, creador de Los Murciélagos y el entrenador. Moreno agrega el factor de la autoconfianza, el creer en uno mismo como el paso fundamental para lograr superar cualquier obstáculo por difícil que parezca.
Si lo llevamos al mundo empresarial, acaso uno de los mayores desafíos es el de delegar responsabilidades, no sólo tareas. Y para esto hace falta el cemento de la confianza.
Fuente: Infobae