“La mitad de la población refugiada y migrante en la región no puede costear tres comidas diarias”, señalaron en un comunicado conjunto la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
El informe, denominado “Análisis de Necesidades de Refugiados y Migrantes” (RMNA, por sus siglas en inglés), detalla que “para comprar comida o evitar vivir en la calle, muchas personas venezolanas se ven obligadas a recurrir al sexo de supervivencia, la mendicidad o el endeudamiento”.
Además de ello, unos 4,3 millones de refugiados y migrantes venezolanos en América Latina y el Caribe carecen de servicios básicos, alimentación y empleo formal pese a los esfuerzos de regularización y apoyo en países de acogida, según el informe difundido este miércoles.
Aunque se han logrado avances importantes en las políticas de regularización y documentación en gran parte de los países de Latinoamérica y el Caribe, el aumento de las necesidades humanitarias como consecuencia de la crisis actual evidencia la necesidad de mejorar el acceso a servicios y necesidades básicas.
El acelerado aumento del costo de la vida, el impacto de la pandemia y el desempleo han exacerbado la vulnerabilidad de los venezolanos que emigran, agrega el estudio de la Plataforma Regional de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela (R4V), codirigida por la ACNUR y la OIM.