El Banco Central ya no tiene un solo dólar propio, dado que las reservas brutas están compuestas por encajes de los bancos y su único activo externo propio es oro. Frente a esta situación, la devaluación para que se reabran las exportaciones sería inevitable.
Ya en 2015, el gobierno de Cristina Kirchner pasó la posta a Mauricio Macri en la misma situación, a lo que se restaban u$S17.500 millones de ventas de dólares futuros.
“La historia se repite. Cuando este modelo económico llega a este punto de falta de reservas y parate económico, el Estado suelta un poco la soga que estrangula al exportador y termina devaluando la moneda para reconocer la destrucción del peso que generó con la emisión”, advierte un informe de Econométrica, por Ramiro Castiñeira.
“Con salto discreto o con devaluación acelerada, el mercado descuenta que el dólar oficial no se quedará mucho tiempo más en estos valores”.