Anna Scappini consiguió el primer lugar en una reciente competencia en Buenos Aires y habló sobre la discriminación que sufrió en el deporte por no ser una mujer biológica y porque decidió mudarse de su Paraguay natal para instalarse en Argentina. ”El problema empieza cuando ganas, no cuando competís”.
Antes de cruzar la meta como ganadora, la atleta Anna Scappini casi se deja adelantar por la siguiente corredora de la categoría femenina. Era el tramo final por los 9 kilómetros de la quinta edición de la Independencia, una competencia de pedestrismo realizada en Buenos Aires el pasado 9 de Julio.
“Escucho muy seguido que yo estoy robándole el puesto a una mujer”, entonces consideró quedar segunda “para darle el gusto a la gente”, pero enseguida cambió de parecer: “entreno duro todas las semanas. Esta es mi oportunidad de visibilizar mi realidad y la de otras que vendrán detrás mío”, dijo Anna.
“No es que sean injustos los organizadores en Argentina, que solo siguen las exigencias de la World Athletic y por eso no me premian. Si quedo de primera, la segunda pasa a mi lugar. Supuestamente porque estoy robando un puesto debido a mis testosteronas altas”.
“Si gano aquí, sí o sí me tienen que premiar porque en Argentina hay una Ley de Identidad de género. Se rigen por la norma nacional”. Es por esta ley que Anna llegó a Argentina en 2016.
En 2021 ya había ganado una carrera organizada por la Federación Atlética Metropolitana, en una prueba realizada a propósito de otra fecha conmemorativa: el Día de la Mujer. Fue la primera vez que una persona trans participaba de una prueba oficial de atletismo en el país.