Las dos grandes multinacionales del tabaco que operan en el país ya tienen definido sus próximas estrategias comerciales para avanzar con productos alternativos al cigarrillo tradicional.
A la espera de una actualización de la legislación argentina, las dos grandes multinacionales del tabaco que operan en el país ya tienen definido sus próximas estrategias comerciales para avanzar con productos alternativos al cigarrillo tradicional.
En el caso de Philip Morris, la principal apuesta a nivel global y también en la Argentina es el tabaco calentado, al que presenta como una opción libre de humo. Para poner un pie en este negocio, hace ocho años lanzó el primer dispositivo electrónico en Japón, con la marca Iqos.
El dispositivo calienta el tabaco en vez de quemarlo, y así se obtiene vapor (en lugar del humo del cigarrillo convencional) que contiene entre un 90% y un 95% menos de productos químicos nocivos y potencialmente nocivos. Hoy, el Iqos está disponible en más de 70 países y el dispositivo cuesta entre 40 y 110 dólares, según el modelo.
“El tabaco calentado ya representa el 30% de los ingresos de la compañía y el objetivo para 2025 es que su participación llegue al 50% y que estamos presente en 100 países”, explicó Julia Centeno, directora de Marketing de Massalin Particulares para el Cluster Sur.
Por el momento, no hay una fecha de lanzamiento confirmada y en Massalin Particulares -la filial local de Philips Morris International- solo reconocen que la Argentina podría ser uno de los 100 países en los que Iqos estaría presente en 2025.
Detrás de la falta de una fecha confirmada no se encuentra una traba burocrática ni estrategia de marketing, sino una cuestión impositiva. En Massalin explican que para al tratarse de un producto de tabaco, el Iqos no necesita una aprobación especial por parte de las autoridades argentinas. Sin embargo, lo que no termina de convencer a la compañía de avanzar con el lanzamiento son los impuestos. En el precio de un paquete de cigarrillos los impuestos pesan un 80% y la altísima carga se explica tanto por un objetivo recaudatorio y como por una política para disuadir el consumo de tabaco. En Massalin sostienen que el tabaco calentado es sensiblemente menos riesgoso para la salud que el cigarrillo tradicional y que por lo tanto la carga impositiva deberá ser menor.
La multinacional BAT, que en la Argentina controla a BAT Argentina (la ex Nobleza Piccardo), también está apostando al desarrollo de alternativas libres de humo. “La compañía tiene una estrategia multicategoría, con propuestas tanto de tabaco calentado como vapeo y nicotina oral”, explicaron en la compañía.