Se espera que en junio se retomen los aumentos y los analistas anticipan que puede haber un nuevo repunte.
La inflación de mayo cerró debajo del 5% según las estimaciones de consultoras privadas, la quinta desaceleración mensual consecutiva en medio de una fuerte caída del consumo y la postergación de aumentos en rubros sensibles. Puede haber otra buena noticia para el Gobierno de Javier Milei: será la primera vez en 10 meses que la variación de los precios minoristas acumulada en el último año es más baja que la del mes anterior.
El Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Indec debería mostrar una sensible merma respecto al 8,8% que había arrojado en abril, aunque la decisión oficial de postergar aumentos en servicios públicos y combustibles podría haber acercado la baja. El acumulado en lo que va de 2024 fue de 65% y de 289,4% en 12 meses.
Sin Embargo, el descenso de la inflación durante el mes pasado no significa que los precios bajen, sino que siguen subiendo en la misma dirección, pero lo hacen a un ritmo menor, -hecha esta aclaración-, si ampliamos el eje temporal del análisis, el alza de precios en los últimos 12 meses se mantiene en niveles récord de 289,4%,el mayor en más de 3 décadas, de acuerdo al último dato del INDEC.
En la medición interanual, los precios en promedio subieron 289,4% y se ubica en el nivel más alto desde la “hiper de 1990”.
Para entender este fenómeno, es importante repasar algunas definiciones:
Conceptualizando rápidamente, qué es la inflación. De manera simple, es el aumento general de todos los precios de bienes y servicios en una economía durante un período de tiempo.
La Argentina convive hace muchos años con niveles muy altos de inflación. Significa que, con el paso del tiempo, en términos nominales, todo cuesta más que antes y se necesita cada vez más dinero para acceder a los mismos productos.
Esto nos da una pista más clara para entender por qué, cuando la inflación baja o se desacelera, no significa que los precios están bajando.
Como la inflación se mide con la tasa de variación mensual de un índice (el IPC), si esta pasa del 10% al 5%, lo que sucede es que el ritmo mensual de aumentos se hace más lento.
Pongamos un ejemplo: durante año pasado, la Argentina acumuló una inflación récord de 211,4% anual – la más alta del mundo-, así, algo que enero de 2023 costaba $10.000, pasó a $31.140 en diciembre.
Si en el 2024 de punta a punta, la inflación baja a 161% -según el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que mide el Banco Central-, a fin de año ese mismo producto saldría $50.135. Los precios siguen subiendo, pero a un ritmo más lento.
Para verlo de otra manera, si viajas por una autopista a 110 km/h hacia el sur y a mitad de camino reducís la velocidad a 100 km/h, sigues avanzando, solo que un poco más despacio. Lo mismo pasa con los precios en la Argentina, siguen subiendo, pero a una velocidad menor.