Lo que parecía lejano, hoy está más cerca de lo que muchos pensaban. El dólar podría terminar el año cerca de $ 400. Está en manos de Silvina que no ocurra.
La ministra de economía, Silvina Batakis, tiene grandes desafíos por delante. Un escenario de contracción económica implica que se demandarán menos materias primas. El petróleo, que llegó a valer U$S 125 el barril, hoy cotiza por debajo de U$S 100 el barril. El gas en Estados Unidos, que llegó a cotizar por encima de U$S 9 el millón de BTU, hoy cotiza por debajo de U$S 6,0 el millón de BTU. Para Argentina es vital el precio de la soja, trigo y maíz.
El campo argentino está sufriendo un juego de pinzas, por un lado, suben los costos por un aumento generalizado de los insumos, que en su mayoría son importados, por otro lado, los precios en dólares oficiales se destruyeron, la soja cotiza a cosecha en U$S 343,50 la tonelada, el maíz a U$S 203 la tonelada y el trigo a U$S 280 la tonelada. Con estos precios, y estimando rindes promedios, el hombre de campo sale perdiendo en todos los cultivos. Si a esto le agregamos que hay un pronóstico de una tercera niña para Argentina, estamos en problemas como país, nos gobierne Alberto Fernández o el Papa Francisco, sea ministro de economía Martín Guzmán, Silvina Batakis, Nicolás Dujovne o el mago Mandrake.
LA ECONOMÍA ESTRUCTURAL
Si la inflación de junio sería un 5,3%, la inflación anualizada se ubicaría en el 64% anual. Para igual período, el dólar mayorista que rige el comportamiento de las exportaciones e importaciones, subió en un año el 30,8%, esto implica que tenemos una inflación en dólares del 33,2% anual. Atraso cambiario al palo.
La balanza comercial argentina, que es la diferencia entre las exportaciones e importaciones, venía soportando este retraso en el tipo de cambio por la gran suba que tenían las materias primas. Con la baja en trigo, maíz y soja el saldo de la balanza comercial podría disminuir notablemente, lo que deja a Argentina con menos dólares para satisfacer las necesidades de compra de insumos básicos, pagos de deuda, intereses y servicios básicos en general.
El productor agropecuario vive un efecto pobreza notable, hace un mes atrás vendiendo soja lograba juntar U$S 287 billetes por tonelada (valor de la soja en pesos dividido por el precio del dólar bolsa o MEP), hoy apenas logra U$S 177 billetes por tonelada. En el maíz hace un mes atrás valía U$S 177 billetes por tonelada, hoy apenas consigue U$S 100 por tonelada. En trigo hace un mes atrás conseguía U$S 217 billetes por tonelada, hoy apenas consigue U$S 150 por tonelada. Esto es efecto pobreza, mientras que el resto de los activos de la economía están cotizados a dólar billete, el campo en un corto período de tiempo perdió con la cosecha un enorme poder de compra, que los sentirán las economías regionales.
Los pronósticos de inflación se han espiralizado en las últimas semanas, el cierre de las importaciones hizo que la escasez de productos sea manifiesta, lo que impulsa a una suba especulativa de los precios. Quien importa un producto no sabe si lo tendrá que reponer a un dólar oficial de $ 127 o un dólar contado con liquidación de $ 270, ante tanta variación de precios lo primero que hace un comerciante es dejar de vender hasta que se aclare el panorama, venta con remito sin precio. Así es difícil que una economía tenga fluidez.
EL DÓLAR
La cotización de los dólares alternativos surge de la libre concurrencia de la oferta y la demanda en el mercado. Las referencias se toman mirando las escasas reservas que tiene Argentina, que mirando el mediano plazo no pasan de U$S 35.000 millones, descontando pagos al FMI e intereses de la deuda en dólares. Mientras que los pasivos monetarios del Banco Central a mediano plazo se ubicarían en torno de los $ 14.000.000 millones. Esto nos deja un dólar de referencia para fin de año de $ 400, casi que se cumpliría el pronóstico del Diputado Nacional, Roberto García Moritán, quien dijo “no tengo ganas de ponerme fatalista, pero un dólar de $ 400 podría llegar sin problemas”.
CONCLUSIONES
El 9 de julio es el día de la patria, también pagan intereses los bonos de la deuda reestructurada argentina, ese día el Estado debería pagar cerca de U$S 700 millones, tendremos menos reservas, pero estaremos honrando la deuda pública y no es poco.
El gobierno no debería soslayar la gran caída de los últimos días de las materias primas agropecuarias ligadas a la exportación, con precios tan bajos y un tipo de cambio atrasado, los exportadores no van a liquidar en el segundo semestre a igual ritmo que en los primeros 6 meses. Las reservas están flacas y faltarán más dólares.
El efecto pobreza por la caída en los precios internacionales se sentirá en la recaudación tributaria y esto nos dejará como saldo un déficit fiscal más elevado. Con el faltante de financiamiento en pesos y dólares, el único financiamiento vendrá por la máquina de hacer billetes.
Menos reservas y más pasivos monetarios en pesos nos dejarán como resultado un tipo de cambio alternativo cada vez más elevado. La predicción de Moritán e ve cada vez más grande en el espejo retrovisor, ojalá la ministra de economía, Silvina Batakis, tenga la sabiduría para abortar la posibilidad de tener un déficit fiscal creciente y logre financiamiento genuino para la Tesorería. Si ello no ocurriera el dólar de $ 400 está a la vuelta de la esquina.