Fue una definición tremenda, porque el local había dado vuelta el partido después de ir casi todo el tiempo abajo, pero apareció el temple argento para bancar la parada y festejar con un ajustado 73-75.
Con desventaja en el resultado a falta de un minuto y monedas, Campazzo mostró toda su clase y asistió de faja para el empate de Delía. Después pasó al frente por dos, pero había que aguantar la última posesión y así fue: el lanzamiento fallido y un rebote que se peleó con el alma y el corazón, porque valía un título. ¡Triunfazo!
Unos días antes de llegar a Recife, el panorama de la Selección Argentina parecía complicado. Si bien el plantel siempre se mantuvo unido y tenía como objetivo hacer una gran Americup, el cambio de entrenador con la salida del Che García y la lesión de una pieza clave en defensa como Patricio Garino podía llegar a calar hondo a tan poco tiempo del torneo. Sin embargo, el equipo ahora dirigido por Pablo Prigioni viajó a Recife, se unió mucho más y se terminó consagrando como campeón invicto del torneo continental. Y no solo eso, sino que le arruinó la fiesta a Brasil en su casa: fue victoria agónica por 73-75.
Argentina había arrancado el partido como para lucirse y respirar. Pero si no hay sufrimiento no hay final. Tanto es así que de los 12 puntos de ventaja del primer cuarto (26-14) en el que todo entraba desde el perímetro, Argentina fue perdiendo la diferencia poco a poco a medida que desaparecía la mano caliente de los exteriores. Y si bien hubo algún pasaje en el que Gabriel Deck tomó la lanza -como en todo el torneo- y se erigió como la figura del equipo con 20 puntos, Brasil llegó a pasar al frente por dos a falta de 1m20s para el cierre.
Sin embargo, la Selección no bajó los brazos, Campazzo y Deck agarraron la pelota que quemaba y se hicieron cargo de los últimos puntos de un equipo que nunca dejó de creer a pesar del flojo último cuarto (apenas ocho puntos, que llegaron todos en los últimos cuatro minutos). De hecho, el base cordobés metió un pase de faja para que Marcos Delía la volcara y luego una conversión con un segundo en el reloj de tiro del santiagueños le dio la victoria al conjunto nacional.
Así, de visitante y con todo en contra (el Arena Geraldao estuvo repleto con casi 12.000 espectadores), el equipo argentino metió un triunfazo para cerrar un torneo invicto con seis triunfos en las seis presentaciones. Un campeonato para sumar la tercera consagración continental y para terminar una racha de 11 años.