Fuentes de Gran Bretaña aseguran que el diagnóstico de cáncer del rey Carlos III es mucho más grave de lo que la Corona admitió.
Los informes sobre la salud del rey han sido escasos, y aunque su equipo optó por una transparencia limitada, se mantiene reservado respecto a los detalles específicos de su condición.
Desde que se reveló su diagnóstico de cáncer a principios de año, el palacio eligió no proporcionar actualizaciones regulares sobre su salud, lo que dejó al público en la oscuridad sobre la gravedad de su enfermedad.
Aunque el rey no especificó el tipo exacto de cáncer que enfrenta, se sabe que ha estado recibiendo tratamiento de radioterapia en Londres, lo que llevó a especulaciones sobre la gravedad de su condición. La incertidumbre sobre la salud del monarca contribuyó a una creciente preocupación dentro de ciertos sectores del gobierno, quienes ven su pronóstico como un tema de interés público dada su posición como líder de una monarquía hereditaria.
Mientras tanto, los preparativos para un eventual funeral real están en curso, con informes de que el documento de planificación, conocido como “Operación Puente Menai”, ha sido revisado periódicamente. Si bien las autoridades se abstienen de hacer comentarios sobre estos informes, se sugiere que la planificación del funeral se está llevando a cabo con seriedad y meticulosidad.
A pesar de las especulaciones, los amigos y conocidos cercanos de la familia real tratan de mantener una actitud optimista, aunque reconocen la gravedad de la situación. Sin embargo, la ausencia del rey de la vista pública en las últimas semanas alimentó aún más la incertidumbre sobre su salud y su capacidad para cumplir con sus compromisos reales.