Finalmente se conoció cuál es el origen del brote de neumonía bilateral que provocó cuatro muertes y otras siete infecciones en Tucumán.
Tras los análisis del laboratorio ANLIS-Malbrán, la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, informó hoy que “el agente etiológico causante del brote se llama Legionella y es una bacteria que se está tipificando. Es posible que sea una legionella neumófila”.
Durante una conferencia de prensa en la Casa de Gobierno de Tucumán, la funcionaria explicó que la bacteria “se transmite por vía inhalatoria, a través del agua, en relación a los sistemas de aire acondicionado o distintos tipos de manejo del agua”.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos describen: “luego de que la bacteria Legionella crece y se multiplica en el sistema de agua de un edificio, el agua que las contiene puede dispersarse en forma de gotitas lo suficientemente pequeñas como para que las personas la inhalen”. Las personas pueden contraer la enfermedad del legionario o la fiebre de Pontiac cuando inhalan las gotitas que contienen las bacterias.
El doctor Roberto Debbag, presidente de la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica, señaló: “habitualmente estos brotes ocurren por contaminación del agua en los refrigeradores centrales y lo que se produce es la aerolización en los diferentes lugares de un edificio, en este caso de la clínica, de agua aerolizada con la bacteria”.
“Una vez que se había descartado COVID-19 o gripe A, todo indicaba que se trataba de Legionella, no existe otra bacteria que produzca este tipo de neumonía bilateral en el personal sanitario y en pacientes de una institución de salud”, amplió Debbag.
El doctor Gustavo Lopardo, médico infectólogo y ex presidente de la Sociedad Argentina de Infectología, formó parte de las reuniones que se desarrollaron en el Ministerio de Salud de la Nación para el estudio del caso Tucumán, afirmó: “la Legionella es una bacteria que habitualmente vive en las aguas, que frecuentemente puede colonizar los sistemas de aire acondicionado, los tanques y producir así algunos brotes”.
El infectólogo destacó que esta bacteria “no se transmite de persona a persona, y eso es algo muy tranquilizador”. Lopardo contó que, para evitar que se produzcan nuevos casos, mantuvieron una reunión con “expertos de la Organización Panamericana de la Salud, porque en Argentina nadie es muy experto en Legionella porque es un germen absolutamente infrecuente”.
“No hay que pensar que Tucumán va explotar con un enorme cantidad de casos, eso no va a suceder. Se están tomando las medidas, saber que es Legionella nos permite tomar las medidas adecuadas. Hay asesoramiento de expertos, hay asesoramiento de la OPS, seguramente todo esto se va a poder controlar. No estamos frente a un nuevo COVID – 19, de ninguna manera”, concluyó Lopardo.
Los síntomas
La enfermedad del legionario, la forma neumónica, tiene un período de incubación de 2 a 10 días (aunque en algunos brotes se han registrado de hasta 16 días). Los síntomas iniciales son fiebre, pérdida de apetito, cefalea, malestar general y letargo. Algunos pacientes también refieren dolor muscular, diarrea y confusión.
La gravedad de la enfermedad va desde una tos leve hasta una neumonía con rápido desenlace fatal. La muerte ocurre por neumonía progresiva acompañada de insuficiencia respiratoria y/o conmoción e insuficiencia multiorgánica.
Si no se trata, la enfermedad del legionario generalmente se agrava en la primera semana. Al igual que ocurre con otros factores de riesgo que causan neumonía grave, las complicaciones más frecuentes de la legionelosis son insuficiencia respiratoria, conmoción e insuficiencia renal aguda y multiorgánica. La curación, que siempre requiere tratamiento antibiótico, suele ser completa, aunque puede requerir varias semanas o meses. En raras ocasiones, una neumonía progresiva grave o un tratamiento ineficaz pueden entrañar secuelas cerebrales.