Se trata de Guilherme Peixoto, el cura DJ que revolucionó el evento religioso en la capital portuguesa
La Jornada Mundial de la Juventud tuvo como principal protagonista, por supuesto, al papa Francisco. Sin embargo, hubo un personaje inesperado que se coló entre los líderes religiosos e hizo vibrar con su música a los jóvenes en Lisboa.
Se trata de Guilherme Peixoto, el cura DJ que revolucionó el evento religioso en la capital portuguesa. Antes de la llegada del pontífice a la misa del domingo, el sacerdote se hizo con el protagonismo desde las 7 de la mañana con su “Catholic Session”, en la que ofreció una versión electrónica del Aleluyah y otras canciones como Jerusalema, mientras intercalaba con frases de Francisco y Juan Pablo II.
“Todo lo preparé para despertar a la gente como si se tratara de un himno de gloria a Dios, como tiene que ser nuestra vida”, declaró el Padre Guilherme a la agencia ECCLESIA.
“Fue fabuloso. No paré de reír viendo a tanta gente bailar y disfrutar”, dijo en una entrevista con El Periódico de España.
El cura de 50 años dejó sus tareas habituales estos últimos días para “trabajar específicamente” con el objetivo de “transmitir un mensaje de alegría, de fe” y que “los jóvenes se den cuenta de que pueden bailar, saltar y ser cristianos”, agregó a ECCLESIA.
Nacido en Guimaraes, Peixoto ya era una destacada figura en Portugal. Tiene más de 180.000 seguidores en Instagram, participa en anuncios publicitarios y lleva sus sesiones de música por todo el país.
Se desempeñó también como capellán castrense, por lo que visitó zonas en conflicto como Kosovo o Afganistán. Actualmente es párroco en Laúndos y Amorin, dos parroquias dentro del Arciprestazgo de Póvoa de Varzim / Vila do Conde, y ejerce como capellán en la Escuela de Práctica de Administración Militar, según el medio El Español.
Durante la pandemia, todos los viernes y domingos por la noche cambiaba sus vestimentas por una camiseta, subía el volumen y pulsaba play en Facebook para retransmitir en directo algunas de sus canciones favoritas.
Sus vivos atraían a miles de personas, mayores y jóvenes, confinadas en sus casas.
Con mayor popularidad gracias a su presentación en Lisboa, el Padre Guilherme ahora sueña con Ibiza. “Voy todos los años. Me encantaría tocar allí”, reveló a El Periódico de España.